Nunca desprecies lo pequeño, un copo de nieve puede convertirse en una gran avalancha.
En la vida cualquier cosa, por pequeña que sea, un virus, por ejemplo, pueden traer grandes consecuencias.
Cuida todos los detalles y sobretodo aquellos de las relaciones humanas, la comunicación y las ventas. No desprecies al comprador modesto y humilde, mañana puede ser grande.
Si ahorras unos céntimos, todos los días, en un año no es mucho,
pero después de 50 o 60 años, puedes tener una fortuna, sobretodo si los sabes invertir y poner a producir mas. Esa filosofía es del pueblo judío cuya religión les impulsa a ser ricos;
empezando por hacerlos pensar, cuestionarse todo y trabajar de forma muy inteligente. Ahora te darás cuenta porqué la mayoría de los ricos son judíos.(Y los premios Nobel).
El ahorro, por pequeño que sea y las pequeñas inversiones son la llave de la riqueza.
Cuando se hacen fórmulas para el pienso de los animales se miran no solo los nutrientes, sino el ahorro de un céntimo en cada kilo ya que el consumo de muchos kilos es una cantidad importante de dinero que repercute en ganancia.
Atiende con el mismo cariño y esmero a todo cliente, sea como sea y piensa que mientras compre, es importante pues no solo por él sino por los posibles clientes que te puede traer al hablar bien de ti y de tu servicio.
Un cliente contento, satisfecho y feliz, puede traerte muchos clientes mientras que un cliente insatisfecho o enfadado puede incluso echarte a perder el negocio. De tu actitud depende.
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