La llave de la sabiduría todos la tenemos pero pocos
la usan.
Se llama HUMILDAD.
Humildad de reconocer lo mucho que ignoramos.
Humildad para `preguntar por lo que no sabemos.
Humildad para valorar otras opiniones distintas.
Humildad para sentirnos ignorantes.
Humildad para reconocer los valores ajenos.
Humildad para pedir otras opiniones.
Humildad compartir lo poco que sabemos.
Humildad para callar y escuchar mas.
Humildad para invertir tiempo en los demás.
Humildad para leer, oír y comprender a otros.
Humildad para reconocer nuestros errores.
Humildad para perdonar los errores ajenos.
Humildad para sorprendernos de ver otras sabidurías.
Humildad para descubrir nuevos mundos.
Humildad para sentirnos mas humanos.
Humildad para respetar todo lo que nos rodea.
Humildad para convivir con la naturaleza.
Humildad para reconocer otras vivencias.
Humildad para aceptar las nuevas tecnologías.
De toda esta humildad viene la sabiduría de preguntar.
Saber preguntar y sobretodo el modo y forma de hacer
las preguntas que nos darán las mejores respuestas
para salir de nuestra ignorancia.
Hoy las empresas buscan gente que no sepa todo pero
que sí sepa donde encontrar todas las respuestas.
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