Las ideas crecen si las cultivar, si les das
el cuidado que merece cada una y lo primero
es quererla, amarla y sentirlas como hijas propias de nosotros.
Luego se refuerzan ESCRIBIENDO, plasmando las
en un papel más que en una pantalla.
Al usar un lápiz o bolígrafo plasmamos mejor
nuestros sentimientos que al tocar las teclas de
una pantalla o el teclado del ordenador.
Una vez hemos escrito de nuestro puño y
letra la idea, crece en nuestra mente la
semilla que diariamente regamos al volver
a leer con frecuencia.
La costancia, la paciencia y la persistencia,
vencen todos los obstáculos para que esa
idea crezca fuerte y llegue a ser una gran
realidad.
El límite lo ponemos nosotros ya que somos
y nos convertimos en aquello que pensamos.
Ya que no podemos cambiar los hechos Sí
podemos cambiar nuestra forma de vivirlos.
Piensa lo que quieres, escríbelo y leelo todos
los días y seguro que al final lo consigues.
No hay mayor problema que no intentar hacer
eso que deseamos.
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