La gran pregunta que todos deberíamos
hacer es: " ¿ Para qué hacemos esto ?
Si no hay un motivo, no hay motivación
y no tiene sentido nada en la vida.
Es vital saber para qué hacemos o debemos
hacer las cosas; de lo contrario somos
máquinas, autómatas, y actuamos de forma
poco humana y racional.
Cuando el trabajador sabe para qué sirve
su trabajo, trabaja mejor y todo le sale
bien.
Cuando un cliente sabe para qué ha comprado
o para qué sirve lo que ha comprado, se
encuentra mas satisfecho y con ánimo de
comprar. Y es por eso que una de las
funciones fundamentales del vendedor es dar
las explicaciones justas, apropiadas y adecuadas
a cada cliente para que sepan en todo
momento para qué tienen que comprar.
Si no hay un "para qué", no hay motivo
y sin motivo, nada tiene valor, interés ni
sentido.
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