Con las redes sociales dejamos a través del tiempo nuestro registro virtual. Lo que pensamos, lo que somos, lo que hemos hecho, nuestra forma de actuar y sentir. Todo un verdadero Curriculum Vitae.
Nuestra huella perdura en Internet. Nuestros datos, que valen dinero, se venden a empresas que generan productos más fáciles de vender.
Así que no hay mejor Curriculum que ver nuestra Huella Digital Virtual.
Nuestra Trazabilidad Virtual, los cambios que nos acompañan en el tiempo marcan nuestro carácter así como nuestras habilidades, defectos y previsibles reacciones en la vida social, laboral y familiar. O sea que en Internet es
donde está mejor reflejo nuestro carácter y lo que somos con nuestra propia evolución.
Lo malo es que nuestro nombre no aparezca en ninguna parte. Eso nos llevaría a ser como aquel enfermo que tiene el encéfalograma plano.
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