El crecimiento tan rápido de las conexiones a Internet y la velocidad con que aumentan los smart, la interconexión de las cosas, la gran velocidad con la que crece el Big Data, obligan a la integración de las tecnologías que ya no valen autopistas para llevar toda la información unidireccional. Se precisan con urgencia interconexiónes de vía rápida de ida y vuelta. Para el 2025, según Tomás Martínez, habrán 500 millones de edificios interconectados
a través del Internet de las cosas mediante wearables que irán con nosotros, sensores de intervención preventiva, procesos productivos más eficientes con la Industria 4.0 y 50.000 millones de objetos y personas cuyas decisiones serán controladas por la tecnología.
La brecha digital pasa, según Tobías Martínez, por la aceleración del despliegue de nuevos servicios y aplicaciones de valor añadido.
La reducción de los tiempos que median entre la innovación que aportan las nuevas tecnologías y aplicaciones y su llegada al mercado.
Y añade Martínez, que la seguridad ha de ser asegurada. ( Por ejemplo los vehículos autónomos.)
El despliegue de servicios y contenidos aumentarán la competencia, la diferenciación, la innovación entre proveedores de acceso y mejorán las opciones para los usuarios.
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