Si tengo un pajarito en la mano y me
preguntan si está vivo o muerto......yo
puedo decidir según mi voluntad.
Así, las empresas, los fabricantes, los
gestores, pueden decidir sus productos
o servicvios según su voluntad que es
ni mas ni menos que aquella que demandan
los clientes en ese momento aunque vayan en contra de sus principios o valores.
Y con ello se ganan la confianza del cliente.
Hay en todo ello un problema ético y
moral que no siempre se tiene en cuenta
por parte del consumidor al cual solo le
importa su propio beneficio.
Para que esa confianza sea total, las empresas
han de ser totalmente transparentes, abiertas
y mostrar lo que se llama trazabilidad o
caminos que recorre el producto desde su
origen hasta llegar al cliente, con lo cual
el cliente ve que ese producto no solo no
es tóxico y respeta las leyes humanas y
las de la naturaleza, sino que sirve para
un bien común.
Honestidad, sinceridad y transparencia son
los únicos principios que generan confianza.
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