Nunca dejes para mañana
lo que puedes hacer hoy.
Todo cambia en un instante.
Y mañana ni las cosas ni tu mismo
sabes como pueden estar.
Si se termina tu tiempo, cosa que es verdad,
solo las cosas hechas cuentan y no las deseadas.
Es perder la vida no gozar en cada momento y
esperar al mañana. No hacer y decir las cosas
que deseamos decir o hacer es perder vida.
Muchas veces el ansia de ganar nos lleva al engaño.
Almacenar dinero y perder felicidad suelen ser el
destino de los avaros.
Nuestro destino es vivir en sociedad, compartir
bienes y conocimientos, satisfacciones y placeres
sentirnos queridos y querer y a esta filosofía se
llega de la forma mas lógica que es pensando en
la única verdad absoluta que tenemos que es
el morir. Nada nos vamos a llevar y es mejor
antes de partir, compartir y ver satisfacer a
otras personas.
Este pensamiento es básico en todo buen vendedor,
que ayuda a mejorar la vida de los clientes y los
quiere como algo suyo apoyándoles en este camino
hacia su propia felicidad con cosas que no conocen.
Muchas veces en los negocios es mejor ganar menos
y repartir mas, como la filosofía de los comerciantes
chinos; márgenes pequeños pero muchos clientes
satisfechos , compartiendo así el negocio con la
felicidad del cliente.
Y para eso no hay que esperar al mañana,
mañana ya es tarde; todo puede cambiar en segundos.
No dejes nada para mañana si lo puedes hacer hoy.
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