Hoy el peor oficio es el de Profeta.
Tratar de prevenir lo que va a suceder es casi,
imposible, a no ser, que sea uno mismo quien
trate de crear el futuro.
Esto nos lleva a corregir constantemente el rumbo
de la empresa hacia el objetivo final marcado.
Es como navegar. Hay que tener en cuenta las variaciones
que se deben hacer con el rumbo por los cambios de
viento, corrientes marinas o campos magnéticos.
Tan necesario es tener un objetivo para empezar a
moverse, como la flexibilidad de solucionar obstáculos
a medida que estos van apareciendo de forma imprevista
e inmediata.
Aunque nos movemos hacia un objetivo final, siempre
hay que tener pequeños objetivos o etapas ,que nos acercan
hacia el último fin.
Estas pequeñas etapas nos sirven para controlar la seguridad
en el camino y corregir las desviaciones a tiempo.
La incertidumbre, simplemente, paraliza, al no ver con claridad
si vamos por el buen camino hacia el objetivo marcado.
Así pues, muchas veces hasta el mismo objetivo final, ha de
ser movido para poder ser alcanzado. (Es como la famosa
parábola del arco de tiro...apuntar siempre teniendo en cuenta
la distancia y los obstáculos posibles.)
De aquí que sea necesario:
1º Tener un Objetivo claro.
2º Pequeños objetivos para lograr.
3º Correctores de desviaciones rápidos.
4º Actitud y aptitud para el cambio.
Recuerda que solo resisten y viven en la naturaleza
las especies que con mayor rapidez se adaptan a los
cambios. (Darwin)
Una simple caña de bambú, soporta mejor los temporales
que un gran árbol.
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